La joven se acercó, de nuevo, al tocón; este daba a una preciosa pradera llena de verdor. Allí sabía que encontraría respuestas para esa mente que daba vueltas sin cesar, con la sensación de que una afilada daga laceraba su fina piel.
Se quedó en silencio unos instantes; al poco tiempo alguien se acercó. Era ella, la abuela. Sin tener que abrir sus labios cerrados con fuerza por el dolor que sentía en aquel momento, aquella frágil pero ágil mujer le sonrió de nuevo, como muchas otras veces había hecho.
Liberando memorias, dolor y temor por lo que fue o pudo haber sido.
Tan sólo ser y estar.
Dejando que sea lo que tenga que ser.
Confiando en uno mismo, sin quitarse responsabilidades y fingiendo no ver las alternativas.
El dolor nos paraliza.
La espera desgasta, mata al ser. Pues nada hay que esperar más que sólo ser.
Dándonos aquello que buscamos fuera para sentir esa plenitud que faltaba en el recuerdo de aquella pequeña figura que nublada por el temor dejó de servir y se olvidó de lo que era, para temer aquello que sus sentidos decían, sin escuchar lo que el cuerpo decía.
Las respuestas están grabadas en cada trazo.
El cuerpo tiene en su superficie los escritos que constantemente se renuevan.
Sobrescribiendo cada día lo que el anterior fue.
Una página en blanco.
Dónde sólo el propio ser y el corazón puedan insertar tinta, sintiendo el propio poder.
Sin buscar lograrlo de otro lugar.
Ninguna otra función tiene este poder, que el de proteger el propio templo y abastecerlo, cuidarlo, mimarlo, amarlo.
¿Por qué ese rechazo?
Todo tiene su lugar, su función, nadie es más, nada es todo.
Ningún mal nos pueden hacer, del mismo modo que ninguno podemos hacer.
Sólo la vida tiene la decisión de proceder.
Se nos cede una chispa de vida para andar, vivir, y luego, se devuelve para volver a empezar. Un ciclo eterno que gira.
Sé, hija de la luna.
Lidera el caos de tu interior, toma las riendas.
Verás qué fácil es cuando simplemente aceptas y eres.
Pero, parezco impenetrable conmigo, con el amor, ¿Cómo libero esa armadura que me presiona?
Dulce flor, ¿qué armadura?
¿La tienes o la sientes?
Tu mente es tu mayor herramienta. Sólo la debes usar, en vez de dejarla vagar sola por un océano que no sabe navegar.
Tan fácil mi niña, que te sorprenderá.
Confía. Cree. Duda.
¿Qué mal hay en preguntar, en cuestionar?
Nada es verdad, nada es mentira.
Explícale al ego su lugar, qué es tener poder.
Errado está creyendo que ocupando un lugar tranquilo estará.
Dale estructura, tranquilidad.
Con el aprendizaje se obtiene la libertad.
Reeducar sin sentirse mal.
¿Qué perfección?
Es una simple palabra para adornar epítetos en los versos.
Más todo es perfecto e imperfecto.
En el error encuentras tu mayor maestro.
Las dudas y contrastes sirven para aportar una visión global.
Aquello que crees que limita te abre cerraduras, pues cuestionas sin dolor como una niña curiosa por aquello que el adulto hace.
Sólo eres, nada más.
¿De qué sirve ser más? ¿Para qué ser menos?
Tú, sólo tú.
Es lo más especial que uno puede tener, porque, aunque algo similar se pueda asemejar pequeños matices marcan la diferencia.
Controla aquello que puedas.
Lo que no… ¿para qué despilfarrar tanta energía? Deja que el Universo se encargue de ese trabajo. De ese modo podrás disfrutar de la vida.
¿No se trata de eso esta existencia?
En cuanto a él…
Nada esperes de él.
Que nada espere de ti.
Vive el amor con libertad sin temor.
¿Por qué contienes el amor?
Deja de ser amor cuando actúas con miedo y poder.
Pero recuerda hija. Que el amor no se puede atrapar. Sólo se puede vivir y actuar.
El amor nos hace libres.
El miedo, el egoísmo, la obsesión nos vuelve presos de una ilusión.
Conoces el amor, sabes lo que es.
Sólo queda que des ese paso para ser sin que te juzgues. Pues no es el otro el que lo hace y te cambia. Eres tu quien se adapta y cambia sin que se lo pidan.
Quien no quiere estar, al igual que tú, sólo se va.
Entonces, ¿por qué dejas de ser?
Todos buscamos mejorar hija.
Y eso es bueno, ser consciente del cambio y hacerlo.
Aquellos que permanecen estáticos se pierden la vida.
Los humanos hemos olvidado lo que es cambiar, adaptarse.
De todos, son los que tienen más capacidad, por eso prosperan.
Aquellas especies que no se adaptan mueren.
¿Por qué extirparse una habilidad innata de vida?
Sonríe.
Deja que los demás piensen y crean lo que quieran. La única protagonista de tu historia eres tú.
Todos son protagonistas de su historia, eso es lo que puedes ver.
Puedes ver su historia, ¿y la tuya?
¿Qué ves?