La anciana mujer de cabellos blancos se acercó a la joven, triste parecía aquella criatura sentada mirando el horizonte. ¿Qué sucede hija? Parece que tus pensamientos te atormentan.
Lágrimas surcaban el rostro de aquellos ojos brillantes que buscaban comprender. Ante la pregunta de aquella mujer, ya mayor por los años, pero que aún conservaba un espíritu tan firme como un roble y un aspecto tan fresco como un rosal en primavera, cualquiera diría que había descubierto en algún momento la fuente de la eterna juventud.
Acompañado un parpadeo de sus pestañas por un suspiro, le preguntó, ¿Qué es el amor?
Al girarse para encontrarse con la mirada de la anciana esta se dispuso a sentarse a su lado con calma y con una sonrisa tan cálida que le traspasó el cuerpo.
¿Qué crees tú que es el amor? – sonrió- Una pregunta puede ser una preciosa respuesta.
Ahí radica todo, cada palabra oculta un concepto, una asociación, atada a una emoción. Pero ¿quién dicta lo que sientes cuándo la escuchas? Meras letras que se unen y forman complicadas frases que parecen atarnos y condicionarnos, buscando comprender aquello que nunca llegamos a sentir o compartir.
Lo único que te puedo decir, y será desde mi sentir es lo que un día fue para mí.
Todos y cada uno de los seres que habitan esta Tierra pueden sentir, y con ello comprender lo que puede que suceda, cuando esas vibraciones le llegan al cuerpo y este reacciona.
Nuestra mente, junto con su gran complejidad creó definiciones que, con el tiempo, para algunos se convirtieron en su mayor fortaleza, para otros en su mayor pesar. Haciendo creer que limitados bajo una vulgar armadura mental debían actuar.
Querida flor, ¿qué es para ti la palabra amor?
Tras lágrimas del corazón por no haber escuchado su sentir hasta que alguien formuló dicha pregunta, ¿por qué? Porqué ocultamos en un archivador cuanto sentimos, y, confundidos por lo que nuestros ojos nos muestran en un momento determinado creemos que aquello que creíamos saber, tal vez errado era. Entrando en un baile de máscaras del cual nadie te dice cuando entras, pero sí puedes decidir cuando sales.
Cuando decidí ir a buscar ese preciado conocimiento que venía conmigo, me dispuse a preguntar, ¿qué es para mí el amor?
Fue entonces, cuando a mí llegó una preciosa mariposa.
¿Por qué una mariposa?
No te sabría decir con seguridad, más que por lo que representa para mí.
Fragilidad, respeto, belleza, libertad y confianza.
Nadie puede obligar a una mariposa a venir, ni cuando marchar. Del mismo modo que el amor. No es algo que pueda controlarse, aferrarse a él es ahogarlo, se pierde lo que es en realidad, los miedos surgen y dejas de ser libre, de ser tú.
Los sucesos que vivimos nos hacen cuestionar lo que sentimos que es el amor, moldeando su significado y dejando de actuar con esa firme seguridad que sentíamos al inicio. El miedo a perder nos hace perder.
¿Por qué?
Dejamos de actuar desde nuestro ser, buscamos atar o exigir a quien nos acompaña en ese momento algo que no nos puede dar, y sin embargo, queremos que nos lo de.
Esa incomodidad y temor nos presenta la oportunidad de ponernos una careta, pudiendo actuar desde otro hacer. Esperando que el resultado cambie. Sabiendo que con el tiempo se irá haciendo más pesada, más dolorosa, una carga que nos acompaña. A cambio de ofrecer a su portador una protección y seguridad. O es lo que la máscara le hace creer. Dispuestos a hacer cualquier cosa por tener eso que creemos que es amor, sin darnos cuenta que sólo lo alejamos.
Empezamos a vivir en una cárcel sin paredes.
Tras tanto tiempo buscándolo, nos damos cuenta de que sólo huíamos. Que lo que nos dijeron que era amor, tal vez, simplemente, lo mal interpretamos.
Cuando apostamos por lo que realmente sentimos, con coraje y confianza.
En una actitud abierta, dejando que venga a nosotros, sin atraparlo.
Es delicado, y bello. Pero si lo tocas lo puedes dañar.
Como la mariposa, es capaz de volar.
En una pareja encontramos dos seres frágiles, puros, sin temor.
Simplemente son.
La palabra amor deja de generar una presión en el pecho cuando redefines su concepto.
Empezando por el amor con uno mismo, la relación que a partir de ese instante estableces contigo es abierta, sin buscar capturar esa mariposa, aceptando esa fragilidad.
Cierras los ojos, sentada, serena y tranquila, pues siempre viene, siempre vuelve, se posa sobre la mano y luego se va otra vez.
Puede dar miedo que no vuelva. Pero cuando estás tranquila siempre vuelve.
Confiando en ese vínculo.
Un vínculo lleno de libertad, para ir y volver. Que por muchas veces que se vaya, cuando vuelve está. No se puede ver, pero sientes la esencia de ese vínculo. De confianza y libertad.
Respetar los procesos. Hayrespeto por las decisiones de la mariposa, hay belleza, comprensión. Eso es amor incondicional.
¿Quién quieres ser tú amando?
Yo misma.
¿Cómo saber que estás amando, siendo tu misma?
Sin remordimientos, sintiéndote a gusto y cómoda con lo que decides, porque haces lo que sientes.
¿Cómo saber que es amor la relación que hay entre la mariposa y yo?
Porque viene a mí, por mí; da igual como yo sea. Si yo no fuera yo, la mariposa no vendría. Porque lo que le gusta a la mariposa es mi esencia, no esa oscura careta. Esa esencia significa pureza, sin quemar, se vuelve como un refugio.
Por lo que hay que agradecer y devolver, el concepto erróneo que aprendimos, en un momento de miedo, lo que era el amor. Al hacerlo te quitas ese corsé que te comprimía el pecho y tomas aire para respirar de nuevo.
Recuerda siempre tu concepto de amor.
Sin miedo. Con la seguridad de que la mariposa vuelve. Sin control. Sin temor que se vaya. Sin pedir, ni exigir.
¿Por qué tenerle miedo al amor?
Tener miedo al amor, es como tenerle miedo a la mariposa.
Cuando tus referentes, o tus vivencias van acompañadas de miedo reproducimos lo que hemos aprendido y vivido. Por eso es importante reformular y actualizar.
Miedo a decir a alguien que lo amas y que se vaya. Sentir el abandono.
El amor es ser mariposa, es confiar. No decidimos cuando viene ni sabemos cuándo se va. Nadie puede prometerte nada ni tú puedes prometerle nada.
La mariposa es fiel a sí misma, sin dejar de confiar.
Ama, ¿qué puedes perder?
Si estoy en mí, ¿qué puedo perder?
Si soy mi dueña, ¿qué más da?
Tener mi propio poder.
Los vórtices nos hacen perder un poco la esencia. Observa de lejos.
Mira con los ojos del corazón.
Saber dejar ir, respetar, confiar, todo es perfecto.
Sin privarse de vivir una experiencia. Dure lo que dure. Si cuando viene la mariposa estás más pendiente de que no se vaya te pierdes el momento. Si cuando llega el momento de partir no la dejas marchar esa mariposa se moriría.
El disfrute está en el momento, ese es el momento, no existe otro, el amor es presente.
Sino no estás amando, estás pendiente.
Las asociaciones e interpretaciones que hacemos. Son miedos. Disfrútate, permítete, sabiendo que no pasa nada, el que duren o no duren las cosas no dependen de ti. Será lo que tenga que ser. Pero no dejes de disfrutar. Porque eso no lo vas a controlar.
La mariposa es libre de hacer lo que quiera. Va y viene. Pero el amor incondicional es eterno. Hay un vínculo. Sólo se siente.
Esa es la esencia, la esencia no coge en un concepto, es más que un concepto. La mente sobrevive haciendo interpretaciones, pero no distingue la realidad, nosotros somos los que le damos lo que es.
Fácil o difícil, la mente necesita conceptualizar cosas y comprender cosas, hay que darle una perspectiva. A veces somos duros con nosotros mismos diciendo, “Con lo fácil que era”, pero no, porque ella no tenía otras herramientas para comprender. Es ayudarle a crear patrones. Igual que cuando encontramos una escalera y crees que es fácil pero no es fácil. ¿Sabes el proceso que hay que hacer para subir una escalera? Es algo que está ahí, es algo que se ha automatizado. Tiene todo un proceso, de atención de repetición. Pues es igual.
Lo que tiene que venir es porque viene vibrando ahí. Para que tú la aceptes. Eso es el amor, no se puede controlar. Mientras tanto, tú vas haciendo. Y si no llega es que es que no tiene que venir, hay otras cosas, tal vez no llegan mariposas, pero llega una puesta de sol. Y es una puesta de sol. La puesta de sol significa que la belleza es lo que dura, el sol se pone super rápido. ¿Me voy a poner a llorar por qué el sol se va? No, porque el momento es ese, esa es la esencia. Ese es el vínculo que yo tengo con ese momento. Estar presente. Ser dulce conmigo. Eso significa que me respeto, que me amo, que confió. Que soy luz. Busco esa paz. Si a otras personas les complaces o te pones al servicio también lo haces desde el amor. Otra cosa es que quieras amarte tú también antes. Pero la mariposa es por el amor, por el respeto, hay muchos motivos. Es la esencia aquí y ahora desde el amor. Y ahora desde mi paz, mi esencia, desde mi luz, ¿qué me voy a regalar?
Recuerda que venimos solos y nos vamos solos.
Anhelamos esa persona, ese compañero, cuando en realidad me anhelo a mí. Diferenciar el compañero sentimental, esa amistad, ese familiar… Lo que buscamos es a nosotros mismo.
Búscate desde este concepto. Esa paz, esa tranquilidad. Al margen de esa mariposa. Búscate desde ahí. Esa armonía, esa belleza, eso es perfecto. El gato es el amor incondicional, es libre, es un amor libre.
El amor, es más, el amor es lo que hay detrás de esa máscara. Que por amor a ti a lo mejor te dicen algo para no implicarte. Aguanto más tiempo por amor, pero no me amo.
¿Yo qué quiero? Sino yo me condiciono. Yo tengo que tener mi vitrina de conceptos. Y puedo modificarlos. Darle sentido al lenguaje, yo se lo doy. ¿Dónde pongo el foco? En el otro, lo que era el otro, pero no estás poniendo el foco en la esencia. Lo que es para ti.
La joven se quedó pensativa, sentía que no había comprendido la mitad del mensaje. Mirar el mundo con unos nuevos ojos requería tiempo y paciencia. La anciana sonrió, ¿cuánto tiempo hacía que se había sentido igual que aquella niña?
Hija, todo es mucho más sencillo. Sé tú. Entrega lo que eres, sin perder la serenidad y el centro en ti misma, mantén tu esencia. Deja que las cosas se den, que lleguen sin los miedos, sin prejuicios, sin esperar nada. Observa.
Ama cuanto dure la canción, sin preocuparte de cuándo terminará.
Quien sabe, tal vez te sorprenda la vida y bailéis una segunda canción.
Gracias por compartir la belleza de tu corazón. Es inspirador todo lo que escribes.
Gracias, gracias y mil gracias!
Molt xulu